sábado, 6 de febrero de 2016

Querida hermana

Querida hermana
Ha pasado mucho tiempo desde que empezó este viaje, pero no el suficiente como para que cierre los ojos y pueda evocar todo lo que ya hemos vivido, recuerdo esos días en los que apenas podías caminar gateabas o dabas tus primeros pasos torpemente siguiéndome a todas partes, por aquel entonces apenas sabías hablar y me costaba horrores entenderte, admito que ha pasado mucho tiempo y cada vez me cuesta más pero es por asuntos diferentes, por aquel entonces la vida era mucho más fácil nos podíamos pasar las tardes muertas viendo las mismas películas y repitiendo los diálogos, jugando con un globo o correteando de aquí para allá, ahora ya solo corremos para coger el tren por las mañanas, nos hemos vuelto tan esclavos de nuestros horarios que aún viviendo en la misma casa podemos pasarnos días sin vernos, ya lo decía Chenoa en aquella canción: cuando tu vas yo vengo de allí y cuando yo voy tu todavía estás allí, ¿recuerdas cuando me invitabas a tu casa? La imaginación convertía unos cojines y un par de sábanas en un castillo en el que pasar tardes enteras y cuando llegaba la noche encender la linterna y salir a inspeccionar la casa como si fueran las profundidades de una cueva, ahora la única luz que permanece cuando llega la noche es la de mi flexo incansable compañero que me acompaña en mis aventuras por interminables libros de problemas por resolver, ¿qué problemas había entonces? Riñas tontas que se arreglaban enseguida con un abrazo, tu siempre aprovechabas la condición de ser la pequeña para sacar ventaja con papá y mamá y no te culpo porqué es algo que está en el manual de los hermanos, que un “no te soporto” significa “te quiero” y un “eres un pesado” es “quédate un rato más” y cuando crecimos y nos íbamos de viaje con los amigos a ti se te ponían los ojos vidriosos por culpa de la alergia como me decías y te despedías fríamente  y yo te decía lo bien que iba a estar descansando de ti durante unos días, se que ninguno nos lo tomábamos a mal porque era la manera de decir que nos echaríamos de menos aunque no lo expresáramos con esas palabras y al llegar la noche tu entrabas en mi cuarto a contarme tus anécdotas inconscientemente como cada día y hasta que abrías la puerta no te acordabas de que ya no estaba, yo llamaba a casa y los días en los que no podías ponerte me faltaba algo, daba igual estar con todos los amigos porque seguía faltando la más importante.
Y continuamos creciendo y los intereses cambiaron y aunque cada vez fuéramos más diferentes era inevitable que se nos pegaran las cosas del otro aunque nos parecieran absurdas, yo odiaba tus canciones pop y al final las acababa cantando contigo, tu odiabas el fútbol y ahora te sabes hasta los dorsales de memoria, dentro de nuestras diferencias se convirtieron en nexos para seguir pasando tiempo juntos, como dos amigos, aunque sabes que habrá días en los que tenga que actuar como un padre y ponerme protector y pesado y en plan detective para saber si la gente con la que te juntas es de fiar, no lo tomes a mal solo será al principio al final todos tenemos que volar solos y si es necesario caerse y despellejarse las rodillas del golpe y saber que se puede contar con el otro, y al verme con el corazón roto o en mis días malos cuando todo era difícil, cuando ni yo confiaba en mí, cuando era tan fácil dejarlo todo, tú estabas ahí, cuando me rompo en mil pedazos vienes y me ayudas a montar los trozos como cuando de pequeña hacías todos esos puzles, nunca dejabas uno a medias y conmigo tampoco me diste por imposible y yo hago lo mismo contigo, que en tus días malos no hay quien te tosa, me dices que te deje en paz pero después de un rato haciendo el payaso te ríes, porque como ya dije todo forma parte del código.
Y ¿qué pasará cuando se separen nuestros caminos? Se acabará eso de recorrer el pasillo y tocar a tu puerta para molestarte y hacer el indio, se hará más difícil si toca cruzar el barrio o el Atlántico, porque uno sabe donde empieza pero no donde termina, ese día que hagamos la maleta por llena que esté y esfuerzo que conlleve cerrarla cada uno se llevará un pedacito del otro, lleno de historias, recuerdos y enseñanzas.
Aquel día que llegaste del hospital esperaba un hermano y no fue así y durante todos estos años esperaba tener una hermana y tampoco ha sido así, en su lugar he tenido multitud de personas contenidas en una sola
A mi mentora, madre, compañera de aventuras, psicóloga, estilista, amiga y hermana
Gracias
Que nos podamos estar estorbando durante muchos años, eres el ser más molesto que voy a encontrar
PD: no te lo tomes al pié de la letra, ya sabes por el código lo que significa


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