jueves, 29 de septiembre de 2016

La fábula del pez volador( primera parte)


Es muy difícil mantener la cabeza alta siempre, por muy positivo que seas siempre puede venir un año malo, un mes o puede que un solo día haga falta para que te de que pensar para que te destierren a un pozo del que no tienes la escalera, ese día me llegó a mi hace 3 años, un profesor de electrónica me daba la oportunidad de repetir un examen de laboratorio que salió mal y después de mucho estudiar cómo no pudo ser de otra forma en el segundo intento…salió peor, yo delante del ordenador abatido, solo viendo como un error tontísimo por los nervios y las prisas me condenaba del todo, el profesor se sentó a mi lado y me dijo unas palabras que jamás olvidaré : “ ¿de verdad que tu quieres hacer esto?” nada más salir me fui a las escaleras de la biblioteca y me senté a observar el paisaje a pensar sin querer pensar en exceso, tenía que recoger las cenizas antes de que se las llevara el viento o de lo contrario sería el daño irreversible, así lo hice y lo llevo haciendo durante todos estos años y aunque me den de palos cada día sigo aprendiendo que como al programar algo una vez fallas puede que no sepas hacerlo pero sabes una forma más de no hacerlo la próxima vez.
Hay un tópico en torno a esto sobre el que estuve pensando esta semana y es aquel que si tu evalúas a un pez por su habilidad por trepar a un árbol se sentirá un inútil toda su vida, me dio por imaginarme como sería la historia bajo mi punto de vista y este es el resultado, espero que os guste:
Hace mucho tiempo todos los animales de la naturaleza vivían sin preocupaciones y en armonía, sin embargo, años después una raza muy conocida y querida por todos se extinguió debido a las consecuencias del cambio climático y el no haber sabido adaptarse a los cambios para buscar un nuevo hábitat y alimento, y eso dio que pensar al consejo de sabios depredadores.
-          Los animales viven despreocupados y sin esforzarse y en el momento que se quedan sin alimento o les tocas su casa no saben qué hacer con su vida. Dijo el tigre
-          Mmm estaba pensando ¿y si les hacemos un examen de capacidades para saber si están listos para vivir en sociedad? Proclamo el león rey todopoderoso
-          Me parece buena idea vamos a darle la noticia

Los animales al conocer la buena nueva se mostraron consternados “el examen de Darwin” como lo titularon les exigiría a convertirse en superatletas en 1 semestre en todo tipo de disciplinas diferentes.
Todos se pusieron las pilas y exprimieron sus límites: el pájaro volaba más alto con mejor ángulo y caída y aprovechaba mejor los cambios en la densidad del aire; el lince era más rápido y escurridizo; el mono aprovechando sus pulgares mejoro en el manejo de herramientas, el pez nadaba como nadie y dio hasta clases a algunos de sus compañeros que tenían curiosidad y así todos los demás, todos eran lo mejor en lo suyo, no obstante, había miedo ya que el examen tendría disciplinas parecidas pero no iguales a las que habían practicado, ese misterio sería desvelado en breve y eso es porque…. El día del examen llegó.
Todos formaron una fila y esperaron instrucciones, en ese momento el león entró escoltado por el resto del consejo, para anunciarles que el examen constaría de una sola prueba y esa sería la de subir a un árbol.
Uno a uno fueron pasando: el lince con 2 ávidos saltos y la ayuda de sus garras llegó sin problema, el mono con sus fuertes manos se abrazó al tronco y en cuanto se vio lo bastante alto se fue columpiando de rama en rama hasta la cumbre, el pájaro pego un salto y aprovechando una corriente de aire también llego sin demasiados problemas, y entonces…llegó el turno del pez, nunca había salido del agua pero había entrenado muy bien en un medio que le exigía más resistencia, así que confiado pego un salto y salió del aguay fue aproximándose a la base del árbol cuando lo rozó comenzó a sentir que le faltaba el aire, daba un salto rebotaba y resbalaba de nuevo así varias veces más hasta que al ver que se estaba quedando inmóvil fue devuelto al agua de inmediato.
El león fue el primero en mirarle con cara de desaprobación y agitando la cabeza de lado a lado dijo: “Que actuación más bochornosa, no mereces vivir en cautividad, volverás a evaluarte en septiembre y si suspendes serás expulsado del grupo”.
El pez se recogió entre lagrimas, se sentía un inútil ya que la mayoría pensaba que la prueba había sido muy fácil y el no había podido ni intentarlo.
“Es que te ahogas en un vaso de agua” fue lo último que le dijeron y su estado pasó de triste a colérico, al saber que él precisamente era el que mejor se manejaba en ese medio así que se sacudió el polvo, levantó la cabeza, cogió su rabia y la transformo en ganas de reivindicarse y demostrar que no era inferior a nadie.
Con esa buena actitud ya solo le faltaba ordenar sus ideas y organizar una nueva estrategia para enfrentarse a su Goliat particular…


CONTINUARÁ……

jueves, 15 de septiembre de 2016

La prueba de la puerta


1 lustro = 5 años
1 década = 10 años
1 siglo = 100 años
No vuelvo a beber = una semana
Ahora voy mamá = 20 min
Te quiero = ¿????
En la sociedad en la que vivimos de comida rápida, tecnología que a la mínima se queda obsoleta no hay tiempo para encariñarse con nada, es así como nos han enseñado a vivir, algo que un año te parece lo más increíble y que usarías siempre al año siguiente está metido al fondo de uno de tus cajones porque salió algo más moderno y novedoso en otras palabras MEJOR que lo que ya tenías.
Desde hace mucho tengo la sensación de que las cosas antes duraban más, a mis 23 años he visto electrodomésticos en mi casa que siguen funcionando y que son más viejos que yo, seguro que a todos os pasará el tener una plancha, un aspirador, un secador etc. Que aún con sus ciertos apaños sigue funcionando tan bien como el primer día; con las personas pasa igual ve uno parejas que dicen estar súper enamorados y al día siguiente no pueden ni verse y entonces pienso en mis padres esta semana han hecho 25 años de casados, las famosas bodas de plata, mientras yo escribo ellos están en otro de sus viajes celebrando tan alegre acontecimiento que cada día está al alcance de menos gente.
En las películas todo es muy sencillo, das el “si quiero” y en la siguiente escena pueden aparecer ambos en una mecedora con 80 años jugando a las cartas y diciendo la feliz vida que han llevado, pero no es tan simple, siempre hay obstáculos por el camino, aunque en ciertos aspectos pareciera que estaban predestinados a encontrarse, hace ya algunos años rebuscando en viejos baúles encontramos fotos de cuando ellos eran pequeños y resulto que habían hecho la comunión juntos y ninguno lo sabía.
Sin embargo, su encuentro fue bastante más adelante en la adolescencia, en pleno centro de Madrid, mi padre vendía cintas en el rastro para ganarse un dinerillo y mi madre paseaba por ahí una tarde con sus amigas cuando entre la multitud sus miradas se cruzaron, mi padre era gordito y llevaba unas gafas que para la época era las que había pero que para los tiempos actuales sería un suicidio social, pero fue al hablar cuando esa labia de mi padre hizo que conectaran, por aquellos entonces con el tiempo empezaron a salir pero al ser tan jóvenes lo dejaron, ahí todo hubiera parecido el fin de la historia pero si no yo no estaría aquí escribiendo y es que como en regreso al futuro aunque un momento no sea el adecuado al final los caminos se pueden volver a cruzar de otro modo o en otras circunstancias y eso es lo que pasó un par de años después.
Bastantes años más tarde aparecimos mi hermana y yo en sus vidas y todo cambió como en cualquier pareja, la llegada de los niños coacciona mucho el tiempo y las actividades que puedes realizar juntos porque cambian tus prioridades y obligaciones, en cambio, ellos han parecido tener siempre tiempo para todo, de ser adultos y discutir por los temas importantes y de ser como niños y no preocuparse del mañana.
Una vez leí que hay 3 características que una pareja debería tener en común para que las cosas funcionen a largo plazo: el ser o no cariñosos, el nivel de celos y el nivel de comunicación a priori si esto fuera cierto al 100% no sé cómo les habría ido las cosas porque son como la noche y el día o al menos eso aparentan desde fuera pero es lo que tiene cada persona que demuestra cómo es en cada ámbito de maneras diferentes y a la vez perfectamente válidas, voy a poner un ejemplo: mi madre es muy cariñosa, muy efusiva para ella el dar besos y abrazos es su manera de expresarse y le encanta, en cambio, mi padre para eso es más reacio, pero entonces ¿Qué es el amor? El amor no es solo estar encima de la otra persona, cuando quieres a alguien estas dispuesto a todo por hacerle feliz y por hacer que su vida sea más fácil, esto me lleva a una historia que mi padre cuenta siempre de una de sus películas que se titula:
La prueba de la puerta
Esto se aplicaba antiguamente en coches tales como los Cadillac, esta teoría que enuncia la película servía para ver desde la primera cita si una chica valía la pena, cuando ella llegaba tu le abrías la puerta del coche como buen caballero y la invitabas a acomodarse y cerrabas la puerta, en ese momento el chico tenía que recorrer por detrás el largo del vehículo en cuyo caso podía pasar dos cosas:
1.   Que la chica no haga absolutamente nada y se queda quieta en su asiento o maquillándose, en cuyo caso tendrás que meter la llave para abrirte la puerta
2.   Que la chica en ese breve espacio de tiempo se estire y abra el pestillo de tu puerta para que tú te limites a abrir el tirador

Si la chica hacía esto segundo demostraba que le importabas de verdad en cuyo caso podías ir más confiado a la cita pensando que la chica merecía la pena.

Está claro que esto es solo una historia y que no se puede juzgar a una persona de buenas a primeras tan severamente por un hecho aislado como ese pero lo que mi padre quería transmitir con ello es el valor de las pequeñas cosas, esas pequeñas acciones que demuestran que las personas se preocupan por ti, que quieren que te sucedan cosas buenas y que si ellas pueden ser una pequeña contribución a que ello suceda van a hacerlo siempre encantados, es por ello por lo que durante todos estos años mi padre cargaba la mayoría de las bolsas cada vez que iban a comprar aunque tuviera que reventar para que mi madre llevara el menor peso posible o ella se levantaba todas las mañanas a prepararle el café antes de irse a trabajar.
Es muy difícil explicar el amor, no se puede hacer con una palabra o una frase de película de esas que hacen que la protagonista rompa su tarjeta de embarque cuando está a punto de coger un avión, el amor no es algo que se pueda contar es algo que se tiene que demostrar día a día, son esas bromas tontas que hacen que los dos acaben riéndose como quinceañeros aún después de repetirla miles de veces, son esas discusiones cotidianas sin importancia que acaban con un beso minutos después, son esas miradas que aunque año tras año se van llenando de arrugas quieren decir lo mismo que decían la primera vez, esas manías que tras cansarse por no poder cambiarlas aprendes a quererlas y a echarlas de menos, son esas opiniones de los suegros que aunque a veces puedan ser negativas cambian completamente cuando se ve que los hijos están con la persona que más consigue hacerlas felices, es estar presente en los momentos alegres y hacerse fuerte en los malos demostrando que juntos se puede sortear cualquier cosa, el hecho de poder actuar independientemente y sin embargo compartir tus pasiones y actividades con la otra persona por el hecho de disfrutarlas más, es el encontrarse como aquel pez con la belleza del mundo exterior por primera vez y que al tener una memoria a tan corto plazo cada mirada a la superficie sigue siendo  tan maravillosa y novedosa como la anterior.
Es todas esas cosas y quizás muchas más que se me estén olvidando o puede que sea un pobre loco y que nada de esto tenga sentido, solo sé que estas son las cosas que he podido ver en mis padres durante todo este tiempo y que después de 25 años les haga sentirse tan bien como cuando empezó todo me hace pensar que el amor si no es eso….tiene que ser algo muy parecido.
PD: papá, mamá no sé el tiempo que seguiré escribiendo en este blog pero si algún día lo dejo y decido reabrirlo ojalá que sea para escribir el artículo de vuestras bodas de oro.



sábado, 3 de septiembre de 2016

sexo,alcohol,rock & roll....y un telescopio

1 de enero de 2012
Con un traje improvisado con una americana azul celeste a juego con la corbata (primera y última vez lo juro) me dirijo a lo que es mi primera Nochevieja fuera de casa, dentro del grupo con el que voy la chica que por aquel entonces me gustaba con los tacones casi en la mano para ir más rápido suelta un: “vamos chicos que se me baja el pedo” (¿qué cómo me gustaba esa chica? No sé, todos cometemos errores de los que acabamos madurando) muestra de que la única forma de disfrutar en una discoteca tenía que ser estando borracho, yo por aquel entonces era algo que no compartía y cada vez comparto menos, ese año no se acabó el mundo como predijo el calendario Maya pero me demostró que el mundo en el que vivía andaba algo torcido y quizá yo anduviera demasiado enderezado para mi edad.
28 de agosto de 2016
Me encontraba caminando por Alcobendas, barrio que para el que no lo sepan se encuentra dividido por una acera con San Sebastián de los Reyes, algo así como Springfield y Shelbyville; como eran fiestas de sanse había un silencio impropio del fin de semana por esa zona, lo que hacía muy agradable el pasear, evitando así las interminables serenatas de Enrique Iglesias (ya sabemos que tiene poca personalidad y que hagas lo que hagas el te lo va a copiar) después de bajar toda la cuesta camino de mi casa veo a lo lejos a un chico de entre 10 y 12 años sobre una papelera haciendo unos movimientos muy raros y milimetrados, lo primero que pensé conociendo por anteriores experiencias a la gente de su edad era que estaba colocando un petardo en la basura, esta vez por suerte me equivoque y el resultado me dejo gratamente sorprendido, era un chico que había colocado un telescopio encima de una papelera como apoyo para poder mirar las estrellas, la verdad es que con esa tranquilidad y la buena noche que hacía era una gran idea para alguien apasionado con ese tema, sin embargo, no pude evitar pensar una cosa muy cruel: seguramente este chico sea el más friki de su clase.
¿Por qué cruel? No por insultarle, que es lo último que pretendo, cruel porque así deberían ser los chicos de su edad, inocentes, curiosos y con ganas de jugar y descubrir el mundo que les rodea, en cambio, los jóvenes de ahora no ven mundo más allá de su propio teléfono, cosa que hasta nuestro propio cuerpo nos avisa que es mala con dolores de cuello, ansiedad al no tener el objeto deseado y en última instancia miopía, ya que cuando después de varias horas enfocamos algo que no está a 20 cm de nosotros el ojo protesta y no se termina de adaptar al igual que estos jóvenes al mundo exterior.
Vayas donde vayas solo se ven clones: chicas con tops enseñando el ombligo y pantalones enseñando medio culo y chicos con crestas y rapados raros o zapatillas de color chillón etc. Y el plan es siempre el mismo pillarse un ciego a base de alcohol, porros o si pueden ser ambas cosas, todo por divertirse un poco más de la cuenta y en ocasiones levantarte en una cama desconocida en compañía de alguien que no sabes ni quien es, esa es la diversión de los chiquillos de hoy, chicas de 20 tantos que se alegran de que las echen 20 por vestir juveniles y otras de 13 que visten de la misma forma y que se alegran de que las echen 18, personas criando hijos a una edad en la que yo ni siquiera tenía opción de decidir el futuro de mi país y por ello me pregunto a veces ¿Qué necesidad hay de crecer tan rápido? Nos pasamos toda nuestra infancia queriéndonos ir a dormir a las 12 de la noche y madrugando por vicio por ver programas de televisión que podíamos haber grabado solo por el hecho de parecer mayores de rechazar la norma establecida y años después nos encontramos trasnochando porque por estudios o trabajo llegamos tarde a casa y no queda más remedio que acostarse tarde y levantarse aún más pronto porque el mundo no se acaba a las 11 de la noche cuando te sientas en el sofá sigue girando y tú debes hacerlo con él a la mañana siguiente si no quieres perderte por el camino.
Quizá no entienda a esta gente porque yo toda mi vida haya sido metafóricamente otro chico con un telescopio queriendo mirar las estrellas cuando nadie me miraba, no por ello quiera decir que no me guste divertirme, pero disfruto más de otras cosas o de las mismas cosas que el resto pero sin llevarlas hasta el extremo, que esa creo que es la clave, encontrar el equilibrio, para que os hagáis una idea me vale el ejemplo de estas fiestas, las de mi querido barrio, sanse, en él hay una especie de ecuador, una línea imaginaria que divide las fiestas en dos zonas: la zona de los jóvenes y la zona de los viejos.
No pretendo ser despectivo de hecho ambas zonas tienen un punto de intersección común ya que en la zona de los jóvenes que es un césped enorme en el que la única opción es estar sentado bebiendo encuentras gente que puede ir desde los 13 años a los 30, por el contrario, en la zona de los viejos, que suele ser donde las peñas o en los alrededores del ayuntamiento se ve gente que como dicen algunos juegos de mesa van desde los 20 hasta los 99 años ( gente de más de 100 también estáis admitidos, solo era un símil) por lo que nos queda un abanico de personas entre los 20 y los 30 años que confluyen entre las dos zonas indistintamente, hay personas que pueden pasarse 5 días tirados en el césped tratando de beber más y más cada día, lo normal es ver a la gente alternando o ya como en mi caso este año no hemos salido de la zona de los viejos ¿eso significa que allí la cosa sea más tranquila y aburrida?
Absolutamente no, es más, yo diría que todo lo contrario, en esta zona no se bebe porque si, ya que se pueden hacer muchas otras cosas, pasear por las peñas, saludar a viejos amigos, bailar por la zona del foro con la música de los djs invitados o escuchar un concierto pop-rock en el ayuntamiento son algunas opciones, por supuesto también te puedes tomar unas copas por las terrazas, de los chiringuitos o incluso pillar algo en alguna de las ya famosas tiendas de “bazar-alimentación” abiertas hasta las 1500 y 1 minutos de la noche.
Este año incluso como colofón final tuve el privilegio de ir con un amigo a ver gratis al anfiteatro a ver a los celtas cortos.
Con todo esto no quiero decir que el sentarse en un césped a beber por beber sea malo, es divertido hacerlo de vez en cuando, ponerse a jugar y acabar todos riendo sin saber muy bien porqué, no hay nada malo en eso, pero cuando se convierte en el único objetivo del fin de semana y en el que pensar durante la semana siguiente en un bucle infinito de alcohol y desmadre lo único que puedo pensar y decir es aquella frase de Groucho Marx: “paren el mundo que me quiero bajar”.
Quién sabe qué pasará con ese chico dentro de unos años, quizás solo sea otro repeinado pelo escoba que se siente a cada rato a beber con sus amigos esperando que la chica de turno caiga en sus redes cuando ambos lleven tanto alcohol en vena que no se acuerden de sus propios nombres, mientras tanto prefiero no pensar mucho en ello, pero mientras aparezcan personas con telescopio ya sea literal o metafóricamente sabré que ese mundo que pensé que se estaba desmoronando hace ya casi 5 años aún puede sostenerse un poquito más.


 PD: con este post se cumple oficialmente un año desde que empece este blog, es algo que inicie como hobbie y del que pensé que me acabaría aburriendo, sin embargo, ha sido entretenido escribir durante todo el año todos los desvaríos, anécdotas y demás cosas que se me han pasado por la cabeza, por ello quiero dar las gracias a todo el mundo que me haya podido leer alguna vez y que haya disfrutado con ello, se que no es un medio tan entretenido como la tele o youtube pero es lo que a mi me llena, espero no cansarme en mucho tiempo y seguir trayendo ideas que os hagan disfrutar
un saludo