Hubo un visionario en los años 80 al que se le ocurrió que
el mejor día de la semana para dar malas noticias, era los viernes. Ya fuera en
política o en el trabajo.
A esta parte de mi vida, la llamo incertidumbre….
Y en mi familia no fuimos menos. Hará cosa de un año y
medio, en lo que recuerdo como el Halloween más escalofriante desde que era
niño. Mi padre nos reunió en el salón y nos dijo que le habían despedido. El
ERE atacaba de nuevo y en el peor momento, pues, cuando esto sucede pasado a
los 50 te haces 2 preguntas: ¿por qué no 10 años antes? ¿Por qué no 10 años
después?
A los 40 aún eres un “jovenzuelo” como quien dice y a los 60
alargando un poco el paro, con cabeza, te puedes hasta jubilar. Sin embargo, a
los 50 las empresas no paran de recordarte que estás demasiado viejo. Aún así,
día tras día te encuentras cientos de padres de familia en el transporte
público buscando el sustento para sus hijos. Muchas veces nos da por pensar que
son estafas, pero ¿qué persona en su sano juicio se recorrería la ciudad con
instrumento en mano cuando podría estar tocándolo cómodamente en su casa?
Lo cierto es que llegado el momento te quedan 2 opciones:
ser el ratón que llora porque le han robado su queso y quedarte sentado
esperando a que te llueva otro por arte de magia o seguir dando vueltas por el
laberinto para encontrar uno nuevo.
Mi padre no fue menos y como dice ese pasaje de la Biblia: “Al
tercer día resucito”
Ese lunes cuando me desperté temprano para ir a la
universidad pase por el salón y vi luz, era mi padre estudiando inglés y mi
madre con él trayéndole un café que decía entre líneas: “estamos todos juntos
en esto”.
No es fácil cambiar tu rutina quedándote en casa y no por
gusto o enfermedad, sino porque la situación te obliga. Con los años es más
difícil adaptarse a lo nuevo o a un rechazo continuo de los jefes que no paran
de recordarte que no sirves, que buscan a alguien más joven, o con competencias
que tú no tienes, porque, aunque te intentes adaptar, al estar en un mismo
sitio tanto tiempo terminas por especializarte en ciertas cosas.
Uno debería pensar, pues ala hemos acabado ¡QUÉ PAREN EL
MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR!
Pero él no es de esos, a día de hoy sigue mirando sigue
buscando cosas que aprender, de hecho hace meses se metió a un cursillo por
internet sobre codificación de páginas web. Era muy exigente y le quitaba muchísimas
horas, tantas que hasta mi madre le decía que parase porque estudiaba más que
yo. Costándole muchísimo porque él no es así, lo tuvo que dejar porque no daba más
de sí. Nos sonaba raro a los que le
conocemos bien, la cosa era, que tenía un as bajo la manga. Que no pudiera
seguir el ritmo del curso no quería decir que fuera a dejar de estudiar, de
hecho, ha seguido estos meses por su cuenta y a día de hoy ha codificado una
página web desde 0 para la clínica de mi tío que le ha quedado como si la
hubiera hecho un profesional.
Aquí el enlace para curiosos:
A parte de para fardar de él hoy, ya que es el día del padre
y queda que ni pintado, escribo porque en los últimos meses ha estado un poco
triste, la casa se le ha caído un poco encima y ese ordenador aunque le ha
sacado mucho provecho se le ha convertido en su cueva de soledad. Son muchos
los días que se pone a pensar que no va encontrar nada.
Ayer vi un video de un chico que hace humor pero que ayer se
puso muy serio y decía que: si tu porqué es más grande que tu problema, da
igual lo que te echen, que tú vas a poder con ello.
Siempre hay una luz al final del túnel que yo se que va a
encontrar. Para mí esa luz sigue siendo todos esos días que tengo que madrugar
y él ya está despierto desayunando mientras oye las noticias en la radio porque
sé que lo sigue intentando, que esa cama quiere tirar de él y decirle: “no te
levantes, total ¿para qué? “
Yo se que encontrará algo, no cualquier cosa además, sino
algo en lo que se sienta realizado y contento, porque no me creo que haya gente
por ahí sin un graduado ESO que trabajen y un Ingeniero de telecomunicaciones
en proceso constante de reinvención se vaya a quedar toda la vida parado, me
niego a creerme algo así. Costará lo que cueste pero lo encontrará.
Papá todo esto es una mierda, lo sé. Tú sabes la cara con la que me voy
de casa por las mañanas porque yo también estoy hasta las narices de todo pero ¿Cuáles
son mis porqués?
Mis porqués sois mamá, mi hermana y tú
Yo se que tú tienes los tuyos y que por eso sigues ahí dándole duro.
Todos estamos juntos en esto es un proceso largo me lo dices todos los días. Yo
todos estos años te he creído y por eso sigo con lo mío adelante. Así que tú créeme
a mí
Dedicado a todos esos
padres parados, que al igual que el mío, siguen en constante movimiento. Seguid
fuertes, no hay mal eterno para una persona que tenga el espíritu de levantarse
cada día y dar lo mejor de sí. Con esa mentalidad me han criado a mí, y por
eso, aún siendo la persona más negativa del mundo, sigo teniendo fe.