viernes, 20 de mayo de 2016

Misión imposible: la entrada fantasma

He vuelto, después de unas semanas de mucho agobio de exámenes me apetecía sacar un poco de tiempo libre para esto, aún queda mucho trabajo por delante pero no viene mal sacar la mente a pasear de cuando en cuando, y aprovechando eso de salir( cosa que ahora estoy echando bastante de menos)  me apetecía seguir con mi racha de anécdotas personales con un tema que muchos habréis vivido y es el entrar en casa cuando todo el mundo está durmiendo e intentar pasar desapercibido, hay días en los que resulta medianamente sencillo, pero en cambio otros…. Por ahí va a ir mi historia, suspense y movimientos más milimetrados que el pulso de un relojero, sin más entretenerme empiezo con el relato.
Eran las 3 de la mañana, noche fría de invierno, volvía de un cumpleaños y cauteloso me disponía a hacer lo que otras veces, el protocolo estaba más que ensayado, entrar, desvestirse y dormir, sin embargo, parecía que hoy el destino me tenía guardadas un par de sorpresas bajo la manga.
Meto la llave en la cerradura del portal, la giro…..la giro….la giiiiii mmm no se puede, lo intento con na mano, con la otra, con más maña que fuerza y viceversa casi ya mordiendo el pomo y nada; esto huele a escándalo, como llame al telefonillo estoy perdido, pruebo una táctica a la desesperada, mi hermana suele dejar el móvil conectado y como se queda hasta tarde a veces lo mismo está despierta, la llamo, el móvil da señal pero dos minutos después sigo sin hallar respuesta, estoy sin ideas , asumo mi destino y…. justo en ese momento un coche entra al garaje que comunica con mi portal, la puerta empieza a cerrarse me meto una carrera agacho la cabeza, estoy dentro. La imagen desde el coche de adelante debe ser aterradora una mezcla de la del T-rex en Jurassic Park cuando le ven por el retrovisor y la de Freddy Krugger aproximándose a darte tu final; para evitar más sustos de los necesarios corro hacia la puerta y entro por fin por la escalera, llevo botas así que mejor ir sin prisas para no organizar un tablao flamenco. Me descalzo, botas en manoy móvil para iluminar en la otra, cuando voy por el segundo piso la luz de la escalera se enciende, son los vecinos de antes, acelero el paso para no encontrármelos ya que por mi imagen ahora mismo parezco un ladrón, este momento es clave llego a mi casa giro la llave, la puerta está muy dura, la empujo suavemente con el codo, esta cede soltando un golpe ahogado, la luz de la escalera delata mi sombra sobre la entrada, ya estoy dentro, vuelvo a apoyar la puerta suavemente y la cierro todo lo despacito que se deja, me quedo petrificado como una estatua para hacer balance…. Todo sigue en silencio aunque esta se supone que es todavía la parte fácil del viaje.
Entro al salón en frente de mí, está muy oscuro pero no quiero dar la luz dejo el móvil sobre la mesilla y avanzo justo en ese momento cruel naturaleza mi meñique choca contra la mesa de madera me retuerzo, tropiezo y caigo de medio lado, un cojín amortigua el golpe, salvado.
Después de ponerme más cómodo me dirijo a la cocina a beber un poco de agua ya que la boca de tanto andar y de la adrenalina del momento me sabe a serrín, luz cegadora que desprende el refrigerador acabo lo antes posible y me voy a hacer mi última parada, el baño.
Me he dejado el móvil en el salón y no me apetece volver así que para no despertar a mi hermana que tiene el cuarto al lado decido guiarme con el único destello que desprende el cepillo eléctrico de su pequeñísimo led, la victoria está más cerca ya me siento más relajado, con la mente en ese estado de letargo sin darme cuenta tiro de la cadena NOOOOOOO
El tiempo se ralentiza, cierro la puerta del todo, me tiro sobre la tapa del váter como si de una granada se tratara, Jony si no vuelvo diles a mis padres que les quiero y entrégales la carta de mi bolsillo, tras unos segundos el ruido del agua deja paso a un siseo, me siento como si fuera una onda expansiva que ha nublado mis sentidos, se acaba el siseo, cierro los ojos como pidiendo un deseo…. La calma permanece, me seco esa gota de sudor que está apunto de resbalar por mi frente y vamos a la prueba final.
Para por fin entrar a mi cuarto tengo que cruzar un pasillo bastante largo entre medias el cuarto de mis padres que para variar han dejado su puerta abierta eliminando cualquier posibilidad de error y un parquet que cruje a cada paso si no pisas el tablón correcto, es el momento de mayor tensión, me viene las palabras de Harrison Ford en la última cruzada de Indiana Jones: “ solo el penitente pasará” yo no puedo arrodillarme el ruido sería peor, pero si puedo aplicar el truco que aprendí hace años de todo el suelo hay un tablón pisando ya dentro del cuarto de mis padres que no hace ningún ruido así que la cosa sería entrar en la boca del lobo para después salir, lo intento….doy un paso a la derecha mantengo mi pie izquierdo en suspensión, me desestabilizo me agarro a la pared y aprovecho el impulso para dar el último paso y volver al pasillo triunfal hasta que de nuevo…. El tendedero, hoy todo van a ser dificultades, un ronquido de mi padre me pone el corazón en un puño parece a punto de despertarse pero no, tengo que acabar esto rápido, el tendedero limita con el radiador y el pasillo es muy estrecho, me agarro voy avanzando como si se tratara de un puente, despacio de puntillas, sin darme cuenta echo la cabeza hacia atrás oigo un cuadro, la alcayata se mueve y un segundo después cae, antes de que arme el colapso me da tiempo a pegar la espalda contra la pared y sostenerlo, voy moviendo las manos hacia atrás y lo cojo, debería colgarlo pero como no veo ni 3 en un burro mejor me lo llevo a mi cuarto para evitar problemas, por fin abro la puerta enciendo el flexo me pongo el pijama dejo el cuadro sobre la mesa y expulso el aire: LLEGADA AL PUNTO DE EXTRACCIÓN CONCLUIDA

En un día cualquiera, entrar y dormir pero cuando Murphy conspira con el universo la vida puede volverse una aventura. 

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