jueves, 14 de abril de 2016

Hambre,sudor y lagrimas

5,4,3,2,1….suena el pitido final y la afición estalla de júbilo, esta noche es fiesta en la capital de España, el Atlético de Madrid se ha clasificado para las semifinales de la Champions League de nuevo el milagro de David volvió a quedar reflejado, no son pocos y a los que se están viendo en estos últimos años y más sobretodo en estos meses, al otro lado del canal de la mancha un sencillo italiano le decía hace tiempo a sus muchachos: “ venga que si dejáis la portería a cero os invito a una pizza” a priori parece un equipo de barrio de chavales que esperan darse una alegría el fin de semana entre clases y exámenes, pero nada más lejos de la realidad se trata de un equipo de la primera división de Inglaterra, un equipo que hace un año sudaba por mantener la categoría y que en cambio ahora están a unas semanas de convertirse en campeones, pasando por todas las dificultades, volando sobre los adinerados, sobre las grandes estrellas; desde que empecé el blog no he hecho ninguna entrada de fútbol en particular, si que he aludido a él en numerosas metáforas o para enumerar ciertos hechos que me parecían destacables y hoy no voy a ser menos no vengo a contar las estadísticas de estos clubs ni a hablar de jugadores ni del mercado de fichajes, para eso hay gente con muchos más conocimientos que yo que seguro que le daría más profundidad y veracidad al tema, yo en cambio solo quiero hablar de la superación y de cómo las ganas vencen al talento y el ímpetu a la magia o más concretamente como ese ímpetu es el que la genera. Esta semana dos días hace ya también se clasificó el Madrid en una remontada insólita y nunca vista, digo esto porque personas como yo que no tenemos mucho recorrido no hemos podido ver las grandes gestas del siglo pasado, en ambos partidos hay una cosa común que fue mencionada nada más acabar los encuentros: “los que ganaron corrieron mucho más que sus rivales” a veces las cosas son así de simples, no hacen falta tiros, ni regates, ni siquiera el tópico de la posesión que en ocasiones es como un pene, te da igual lo larga que sea si no sabes cómo usarla, la palabra que definiría todo lo que estoy contando es: HAMBRE, y no, no quiero decir que esos chicos de Leicester defendieran como animales solo por un par de trozos de peperoni con queso, nada más lejos, me refiero al hambre del triunfo, el de ser reconocido, que la gente valore lo que haces y seas un ejemplo a seguir; esa gente tiene eso, hoy como madridista por raro que parezca no vengo a alabar a mi equipo, esta semana jugaron muy bien pero antes que madridista soy aficionado al fútbol y hablando desde la objetividad cuando ves jugar a equipos como el Atleti o el propio Leicester City te da ganas de madrugar al día siguiente de ser un poco como ellos.
Por mi horario me es difícil llegar a la hora de comer a casa para ver los deportes pero los pocos días que llego me sigue sorprendiendo las imágenes de esos jugadores endiosados que llegan al campo a entrenar y al ver a toda la gente que lleva horas para sacarse una foto con ellos o que les firmen un autógrafo, en vez de pararse, aceleran, la escena es digna de los san fermines, solo que en vez de hacerlo con toros lo hacen con coches deportivos que cuestan más que las casas de los propios aficionados, y aún así todas esas personas sacan tiempo y dinero para ir a verles lo hagan bien o mal.
En fin, lejos de mi tectónica alegre y desenfadada creo que hoy he dejado aflorar cierta rabia sobre una de las cosas que me rondaba la cabeza, creo que está muy bien ver cuando el esfuerzo da sus frutos, es de buena persona alegrarse por ello aunque sea por los rivales, en cambio, me molesta mucho toda esa gente que se queja de todas las injusticias cuando las cosas no van tan mal por el simple hecho de que quieren optar a un poquito más, para que se entienda mejor contaré una historia en la que me vi envuelto hace años, estaba con un amigo en clase cuando repartieron las notas de un examen, yo estaba super inquieto había estudiado muchísimo y sabía que la cosa iba a ir muy justa al ver el examen una desilusión tremenda un 4 tanto trabajo para nada, a esto que veo a mi amigo con mala cara maldiciendo en voz baja tras hablar con el profesor, al preguntarle con un cabreo tremendo durante un buen rato me estuvo contando lo injusto que era que sacando un 9,5 le pusieran de nota final un 9 en lugar de un 10, después de 5 minutos hablando de su “problema” dijo: oye, ¿y tu que tal? Al enterarse de mi dilema hizo lo que toda persona habría hecho….. decir lo injusto que era todo y aprovechar para volver a encauzar con su problema del 10 momento en el que aproveché para irme a la francesa por no soltar alguna bordería .
Así que sin ya marcharme más del tema, mis felicitaciones a esos modestos que sin esperar el confeti y las luces del oropel siguen trabajando por sus metas, siendo estas el objetivo principal y no el medio para acceder a otras cosas más turbias.

Y a los que siguen quejándose, desearles un poco de espíritu y ganas porque sin ellas no van a llegar muy lejos, y si hay que sudar la camiseta pues se suda que yo creo que con 10 millones de euros da para tener una lavadora “decentilla” en casa con la que quitarle las manchas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario